Recargar las pilas
Casi 300 cofrades blancos se reunieron en una convivencia campestre preparatoria de las procesiones
Una jornada campestre no es mala medicina como preparación para las jornadas intensas que se avecinan en el Paso Blanco, similares a las de las otras cofradías de Semana Santa. Recargar las pilas y aunar esfuerzos es lo que han hecho los blancos, casi 300 personas, con una convivencia en la finca Las Cañadas, con el presidente de honor, José María Fernández Pallarés como anfitrión.
Una gran carpa acogió a los participantes en un día espléndido en el que apetecía el resguardo de una sombra, pero antes el consiliario de la cofradía, Eduardo Sánchez Carrasco, ofició una eucaristía con una gran foto de la Virgen de la Amargura, presidiendo. Hasta hubo sus cánticos con el coro de Santiago, en una versión reducida.
Un reconfortante aperitivo precedió a la comida, a base de arroz y pavo cocinado por Paco el Calderas -que por cierto es azul-, fue el colofón a la convivencia a la que, a última hora, acudieron el alcalde, Francisco Jódar; el primer teniente de alcalde, Francisco Montiel; y el coordinador del campus universitario, Ángel García Aragón.
No faltaron el presidente del Paso, Juan Andrés Ibáñez Vilches, y la presidenta del Coro de la Amargura, María José Ruiz Cervera, con sus respectivas juntas directivas. También acudieron el ya mencionado Fernández Pallarés, el también presidente de honor, Agustín Aragón Villodre; y las presidentas de honor del Coro, Carmina Aguirre, Caridad Arcas, Quiqui Orcajada y María Luisa Martínez.
Al finalizar la comida, y como gesto de recuerdo por haber posibilitado el marco para esta convivencia blanca, Ibáñez Vilches y Ruiz Cervera hicieron entrega a José María Fernández Pallarés de un obsequio.